Cada jardín cuenta una historia. La simbología de sus elementos forma parte de ella.
Cuando se diseña un jardín se hace desde una idea que se quiere transmitir. El recorrido por el jardín nos va guiando a través de él. Nos descubre imágenes que forman parte del relato.
Los elementos del jardín: árboles, fuentes, arbustos, esculturas, caminos… contienen una simbología que ayudan al diseñador a constituir el guion de la historia.
El acebo (Ilex aquifolium) está cargado de simbología. Lo utilizamos en la época de fin de año, en el solsticio de invierno, desde hace una eternidad. Para los pueblos celtas representaba una protección contra el mal. Para los romanos era un símbolo de la prosperidad y de la buena fortuna; y los cristianos han visto representado en él, la corona de espinas de Cristo con sus gotas de sangre.
Para ti puede representar algo distinto y personal. ¿Qué te sugiere?
Carmen Calvo Serrano
Ingeniera agrónomo – Experta en Diseño y Gestión del Paisaje
Tf. 619824578